Pasada la noche de velitas, una costumbre muy nuestra, y más que una creencia religiosa, se ha convertido para los no creyentes en un espacio familiar, el cual da la bienvenida a las fiestas de Navidad y fin de año.
Esa unión familiar que a todos nos gusta y nos llena de mucha emoción, la podríamos ir trasladando también, aunque es algo complejo y de paciencia, a la convivencia ciudadana. Ese cariño y respeto que sentimos por los hogares nuestros o a donde nos invitan, deberíamos, en efecto, tenerlo por nuestra ciudad.
Si bien se lee lógico y de sentido común el tenerle amor a nuestra región, pues los comportamientos humanos nos han demostrado históricamente que el individualismo viene siendo protagonista por décadas. Todos sabemos de las normas ciudadanas, más que reglas, entendemos los comportamientos humanos; pero pareciera que nos olvidáramos, y la competencia diaria es una costumbre que se ha convertido en ley.
Un ejemplo muy sencillo. Para quienes transitan por la ciudad en vehículo, no se han dado cuenta de que, ¿si un conductor de automóvil quiere pasarse al carril por el que usted va, lo primero que le llega a la mente es acelerar para no dejarlo ingresar?, no quiero generalizar, sin embargo, es muy raro el chofer pasivo que lo permite.
No se han dado cuenta también, de que algunos dueños de mascotas recogen sus deposiciones siempre y cuando, ¿los estén viendo otros ciudadanos? Y lo más grave, si uno los observa desde lejos y les hace la recomendación, recibe del buen ciudadano agresividad e insultos.
Tan solo con estos dos simples ejemplos, nos podemos dar cuenta de que esto sucede porque sencillamente no apropiamos lo nuestro. Tenemos en el pensamiento que lo que es del Estado, no es mío. Y eso tiene una justificación algo tolerable, y es a causa de tanta corrupción, saber que se roban todo, y no pasa nada, conduce a un individualismo entendible.
Estas nuevas administraciones tienen en mente la cultura ciudadana, pero esto será un éxito, si la unión de todos los sectores se encamina a ese productivo fin.

