En un emotivo acto que reunió a líderes, activistas y miembros de la comunidad Lgbtqi+ de Tumaco, la Fundación Arcoíris, con el respaldo decidido de la Alcaldía local, llevó a cabo la inauguración del Museo de la Memoria.
Este espacio representa un testimonio del arduo trabajo y la incansable lucha por la igualdad, derechos y reconocimiento de una comunidad que ha enfrentado innumerables desafíos.
José Luis Rodríguez, representante legal de la Fundación Arcoíris, destacó la importancia de la colaboración con la Alcaldía, liderada por la alcaldesa María Emilsen Angulo, quien se ha consolidado como un aliado fundamental en la construcción de una sociedad más inclusiva.
Ejercicio
«Con el ejercicio constante de activismo a lo largo de los años, hemos dado un paso gigantesco al materializar la construcción de este lugar», subrayó Rodríguez.
Este escenario se convierte en un santuario que permite recordar las luchas inquebrantables y los momentos de defensa vividos por cada una de las víctimas de discriminación.
Es un espacio que no solo conmemora el pasado, sino que también busca educar y sensibilizar a las generaciones presentes y futuras sobre la importancia de la diversidad y el respeto a los derechos.
Por su parte, Gregorio Arboleda, activista y fundador de la Fundación Arcoíris, expresó que este museo representa vida, territorio y paz. Hizo un ll amado a la comunidad para que se apropien de este espacio, construido con esfuerzo y compromiso.
Respeto
«Hemos atravesado procesos duros y fuertes debido a la discriminación a los Derechos Humanos que nuestra comunidad ha enfrentado. Estamos exigiendo respeto hacia las personas diversas, nuestra lucha no tiene fin», enfatizó Arboleda.
El activista Rito Angulo cerró el evento con un mensaje contundente, recordando a todos que esta apertura es solo el comienzo en la continua batalla por la igualdad.
«Nuestra lucha no se detiene, seguimos exigiendo respeto y derechos para todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género», concluyó Angulo.
El Museo de la Memoria se convierte un símbolo de esperanza y resistencia, un recordatorio de que la diversidad es la fuerza que enriquece a una sociedad y que la lucha por la igualdad debe ser una tarea constante de todos.