En una final llena de emociones y suspenso, el Atlético Nacional se consagró campeón de la Copa Colombia al arrebatarle el título a Millonarios en una serie de penales que mantuvo en vilo a los aficionados hasta el último momento. El encuentro, disputado en el mítico estadio Atanasio Girardot, fue un duelo de titanes entre dos de los equipos más grandes del país.
El héroe de la noche fue Kevin Mier, el arquero de Nacional, cuya destacada actuación en la tanda de penales aseguró la victoria para el equipo dirigido por Jhon Bodmer. Aunque Leonardo Castro anotó el tanto que inicialmente inclinó la serie a favor de los embajadores, el gol de Felipe Aguirre en los últimos suspiros del partido llevó el enfrentamiento a una definición desde los doce pasos.
Las tribunas vibraron con la intensidad característica de estas rivalidades históricas, y el verde del Atlético Nacional se impuso en el estadio, que se vistió de gala para celebrar la victoria de su equipo. Este triunfo representa el sexto trofeo de la Copa Colombia para el conjunto verdolaga, consolidándolos como el club más laureado en este torneo.
Millonarios estuvo a punto de acariciar el título cuando, en el minuto 57, Leonardo Castro aprovechó un pase magistral de Omar Bertel para marcar el 1-0. Sin embargo, la persistencia de Nacional se hizo evidente cuando Felipe Aguirre, defensor central convertido en delantero, logró el empate en tiempo de adición, forzando la dramática definición por penales.
La tensión llegó a su punto máximo cuando Édgar Guerra falló su cobro, siendo detenido por la brillante actuación de Kevin Mier. La responsabilidad recayó entonces en el venezolano Eric Ramírez, quien no desaprovechó la oportunidad y convirtió el penalti decisivo, sellando la victoria para Nacional.
Este título marca un hito en la carrera de Jhon Bodmer, estratega verdolaga, al lograr su primer campeonato al mando de un equipo profesional en un semestre que, a pesar de las dificultades, culmina con una celebración merecida para los hinchas del Atlético Nacional. La pregunta sobre revancha o desquite queda en segundo plano, dando paso a la euforia de un equipo que, a pesar de los altibajos, demuestra su determinación en las finales.