Carlos Álvarez

Crónicas desde Buenos Aires

Con esta columna de hoy empezamos una serie de tres en lo que queda del mes de noviembre. Es una variante a nuestros habituales comentarios de acontecimientos internacionales sin dejar de serlo porque aprovechamos la visita a la Argentina  y concretamente a Buenos Aires.

En esta entrega escribiremos lo que a nuestros ojos como visitantes percibimos en el hermano país de América. Continuaremos los siguientes con un análisis de lo que ocurra en las elecciones del domingo que viene, cruciales para el futuro de Argentina y el continente. En la última semana trataremos de considerar unas conclusiones del país en sí y del proceso político que culminará en menos de  una semana.

Como primer punto, podemos hablar con certeza de nuestra admiración por lo que desde hace más de un siglo empezó el desarrollo de Argentina llegando a ser a mediados del siglo XX uno de los países proveedores del mundo. A pesar de la crisis económica por la que atraviesa, vemos en Buenos Aires una ciudad absolutamente encantadora con profundo arraigo europeo sin dejar los lineamientos latinoamericanos.

loading...

Nos sorprende sobremanera cómo funcionan los servicios públicos como el transporte ferroviario, aéreo, y con unas excelentes autopistas de doble calzada a 8 canales cada una. Pero lo más importante lo constituye su gente que es el primer valor que tiene Argentina y por supuesto toda la gran nación latinoamericana empezando por Colombia.

La vida bonaerense tiene un encanto especial con sitios icónicos que  a veces nos lo recuerdan los tangos que tanto amamos en Colombia especialmente en Medellín y Manizales.

Para terminar, fuimos testigos del anunciado debate entre los dos candidatos: Massa del Peronismo y Milei de la extrema derecha. Sin duda alguna Massa mostró sus calidades de un verdadero estadista con conocimiento profundo del país frente a un candidato disperso y arrinconado por los argumentos de su contrincante.