La elección del nuevo alcalde de Pasto es un triunfo de la propuesta popular sostenida durante varios años y cuya materialización en beneficio de toda la ciudadanía puede realizarse gracias a un amplio apoyo electoral.
Cinco desafíos son fundamentales para esta nueva gestión municipal.
Uno, comprometerse en un proyecto político social comunitario que transforme a la capital en un ejemplo nacional de organización, respeto a la convivencia, seguridad a través de la conciencia general de solidaridad junto con el apoyo institucional, desarrollo del bienestar integral y permanente estudio de lo urgente.
Dos, creando la unidad imprescindible entre lo urbano-rural, que permitiría mejorar notablemente la economía y nutrición de las familias al recibir alimentos frescos con precios asequibles, mejorando las vías y generando asociatividad.
Tres, crear la Secretaría de Movilidad Humana, que tendría como objetivo propiciar un tránsito adecuado, respetuoso de las señales, comprendiendo los riesgos del alcohol o drogas al conducir, entre otras, para lo cual se requeriría un proyecto pedagógico de conocimiento y luego la aplicación de la norma estricta. Ello definiría el movimiento de la ciudadanía y generaría alta tranquilidad. Asimismo, complementaría el programa verdaderamente inclusivo de la discapacidad.
Cuatro, aplicar la Acción Popular vigente actualmente para lograr los derechos constitucionales a la tranquilidad social de todos los barrios de Pasto, lo que influirá decisivamente en la disminución del alcoholismo, drogadicción, contaminación auditiva, inseguridad y delincuencia, propiciando un Plan de Ordenamiento Territorial, respondiendo a urgentes necesidades de amplios sectores campesinos, profesionales, comunales, empresariales, entre otros.
Cinco, conformar un sólido equipo directivo que ejerza la parte administrativa y un comité consultor que analice periódicamente el avance del proyecto presentado a la comunidad, evitando personajes tóxicos, burocráticos, sin capacidad ejecutiva.
Implica valorar y sostener el talento del equipo electoral con liderazgos y pensar en un proyecto político de ciudad a largo plazo que sostenga la justeza social como estandarte.
Aquí hay un voto rebelde que castiga la falsedad y premia la verdad, axioma que jamás se debe perder cumpliendo la palabra empeñada.

