Uno de los grandes aportes de la sociedad a la democracia es el voto, en donde los ideales de las personas se ven reflejados en la marcación de un tarjetón por una opción que además de ser personal, no debe ser coaccionada ni mucho menos desconocida.
La ley Colombiana ampara el voto aplicando varios tipos penales a quien infrinja el respeto al mismo, sin embargo, y en pleno siglo XXI, se sigue mancillando la voluntad del electorado, como si estuviéramos décadas atrás, en donde en medio de apagones, otros elegían presidentes por encima de la voluntad del pueblo.
Durante la anterior semana, y buena parte de esta se ha venido desarrollando en todo el país los escrutinios municipales y departamentales en el marco de las elecciones de las entidades territoriales realizadas el pasado 29 de octubre, proceso que sirve de segundo filtro para conocer de forma exacta los resultados producto de la votación de 38.965.515 ciudadanos que están habilitados para votar en todo el territorio nacional.
Para el caso particular de Nariño, pueden ejercer el voto 1.202.624 personas, 1.202.624 voluntades que deben ser respetadas y reconocidas, puesto que, en medio de la apatía de un gran número de habitantes del Departamento, los votos que se emiten son una clara muestra que desean hacer parte de la toma de decisiones en Nariño, y saben que su voto cuenta.
Este preámbulo me sirve para hablar de una situación en particular, durante el escrutinio municipal de Pasto, desarrollado en el Colegio Champagnat, el candidato a repetir curul en la Asamblea Departamental de Nariño, el Doctor Guillermo Diaz Hidalgo, evidencio una situación particular, 137 votos emitidos a su favor no se computaron en los formularios finales emitidos por la comisión escrutadora municipal, estos votos si estaban registrados en los formatos que los jurados de votación diligenciaron el 29 de octubre, sin embargo, en el cómputo final, estos desaparecieron como por “arte de magia”, y en su lugar, se registraron en 21 mesas del municipio de Pasto, ubicadas en el Liceo de la Universidad Centro, Primaria Maria Goretii, Colegio Jose Felix Jimenez y Ciudadela Educativa Villaflor 0 votos por el candidato en mención, acción que afectaba el resultado final de la votación obtenida por el candidato Diaz Hidalgo.
Esta situación no es ajena para esta candidatura, 4 años atrás, de igual manera, se ocultaron votos al Diputado y el equipo de trabajo de él tuvo que revisar de forma exhaustiva esta situación, logrando ubicar los sufragios perdidos en el sector rural, ocultos como si de esta manera se quisiera beneficiar a otra candidatura por encima de la del doctor Diaz.
La situación se vuelve a repetir y esto solo es muestra que nuestro sistema electoral, a pesar que en su lema reza “la registraduria del siglo XXI”, aún sigue usando métodos de los siglos pasados, en donde era popular escuchar la frase “hasta las 4pm vota el pueblo, después lo hace la registraduria”. Y esta situación preocupa porque no está sucediendo en Barbacoas, o en La Tola, o en Iscuandé, sitios que se encuentran a una distancia considerable de Pasto, esto sucede en la capital de Nariño, en donde supuestamente la tecnología es la mejor, y los funcionarios están totalmente capacitados para ponerse al frente de estos procesos demostrando ética e integridad.
Señores lectores, no importa a quien le suceda esta situación, si es un candidato joven o es una persona con experiencia, estos tragos amargos no deben sucederle a nadie, la “mano negra”, por pequeña o grande que sea debe ser cortada de raíz, porque el daño que le hacen a la democracia es mayúsculo, así como esconden 137 votos en Pasto, pueden esconder por ejemplo 200 en Ipiales, otros 200 en la Unión, 300 en Tumaco, 250 en Buesaco, y listo, quitaron 1000 votos a un candidato y todos comiendo callados cebándose en medio del fango de la corrupción que los caracteriza. Confió en que los entes de control hagan por fin su trabajo y las investigaciones sobre la situación aquí mencionada, por el bien de la democracia, den resultados y se logre castigar a los culpables de estas acciones en contra de la ley, y por fin paguen por sus fechorías.

