MANUEL ERASO

Después de un siglo, se revive la planta de don Julio Bravo

Ismael Botina popular maestro Buchón, cuenta historias maravillosas que se vivieron en el pasado y son recuerdos de gente emprendedora. Por ejemplo, la energía eléctrica llegó a los hogares de Pasto en  1942, gracias al empeño de don Julio Bravo Pérez, quien construyó sobre el cañón del Rio Pasto, la primera planta generadora de energía eléctrica.

En ese tiempo no existían las  grúas para levantar  enormes cargas, ni  se podía llega con retroexcavadoras por el  dificil de acceso del terreno. Todo se hizo a lomo de indio, porque ni siquiera las mulas podían bajar.

Con tarabitas de 120 metros de recorrido y con manilas de cabuya, se logró meter una máquina marca wentighouse, con un peso superior a las tres toneladas, construida en Argentina,  con un sistema de aspas movidas por la caída de agua,  generaron mil kilovatios de energía. Luego, con postes de madera de eucalipto se logró la  conexión desde la planta hasta el casco urbano. Pocas eran las familias adineradas que se dieron el lujo de contar con un “foco “o bombillo en la  sala de la casa  que se encendía desde la una a las cuatro de la tarde. Los sábados, se suspendía el servicio, porque  los tanques se sometían  a lavado. La luz llegaba cansada y decía la gente “parece un minacur”…

Don Julio Bravo, trajo a un contador empírico llamado Bayardo Montenegro, quien organiza la parte administrativa de empresa. Con  carpetas y cardex,  llevaba las cuentas a mano. El señor Montenegro que tambien era técnico, instalo en los medidores de las casas un aparato llamado  “limitadores”,  una vez logrado el cupo se suspendía el servicio.

La construcción de la planta sobre  el sector de Briceño, por la dificultades de acceso y la forma como los albañiles hicieron la obra se  cataloga un prodigio de la ingeniería criolla.  Similar al santuario de Las Lajas,

Esta planta pasó a formar parte de los activos de Cedenar,  y ahora se anuncia que con una inversión de 20 mil millones de pesos, será repotenciada y puesta al servicio  en el mes de noviembre próximo.

La estructura arquitectónica es maravillosa,  se han adecuado los senderos para que sea un punto de vista turístico ,  que las familias puedan conocer o visitar a pie  o en bicicleta, para hacer un recorrido  desde la profundidad del cañón del rio Pasto,  hasta el alto de Daza, cambiando de clima  caluroso a lo más frio.

Quienes construyeran fueron obreros de Genoy, allí se encontraron con  ingenieros argentinos, hicieron amistades y se emparentaron. Por eso muchos apellidos, ente ellos los “Yaqueno”, aún persiste en la región.

Se recuerda, que para solucionar el deterioro de los postes de madera, se inventaron la fórmula de usar  chasises de los carros. Aún hay vestigios.

.

Una anécdota: cuando murió el protagonista de esta historia, Pacho Muñoz, anuncio por la radio… extra: “murió Don Julio Bravo e hijos”