Carlos Santa María

¿Existe un “golpe blando” en Colombia?

Por: Carlos Santa María

El siglo XX estuvo marcado por los golpes de estado cruentos en América Latina, plenos de personas asesinadas, torturadas, reprimidas,  con la destrucción de la libertad, democracia y justeza social al estar apoyados por potencias del orden colonial.

En el siglo XXI, la unidad de varias naciones que han ingresado al mundo multipolar permitió que esas bárbaras prácticas fueran contenidas. Sin embargo, las nuevas tácticas tienen el mismo objetivo: impedir gobiernos ligados a las clases populares y que contradigan a las élites comprometidas con el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.

Tres son las características mínimas de un “golpe blando”.

  1. Uso del Ministerio Público para hostigar, ensuciar, identificar, sancionar al gobierno, de tal modo que pueda llegarse a acusaciones que impidan un desarrollo natural del manejo sereno del país.
  2. Manipulación de los Medios Masivos de Desinformación con el fin de distorsionar las políticas de la gobernanza, creando zozobra día tras día para generar una oposición y sensación de desesperanza en el presente y futuro.
  3. Utilizar el poder que les confiere el capital para acrecentar las debilidades en la economía a través del alza de precios y creando una situación de angustia material que lleve a la protesta social opositora.

«Las élites hacen el trabajo constante, que es el nuevo mandatario y su equipo los que no saben manejar la nación y provocan la pobreza actual, por tanto, son culpables de todo lo que sucede».

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Estos tres elementos, además de otros muy importantes, deben lograr que el pueblo mismo y los sectores medios, sin contar con las élites que hacen su trabajo constante, sientan que es el nuevo mandatario y su equipo los que no saben manejar la nación y provocan la pobreza actual, por tanto, son culpables de todo lo que sucede.

La idea ya fue desarrollada en Brasil destituyendo a Dilma Roussef, en Ecuador acusando a Rafael Correa, en Perú tomando preso a su presidente, Pedro Castillo, en Bolivia sacando a Evo Morales, indicando que la tarea desestabilizadora continúa.

La interrogante se responde claramente: ¿están sucediendo estos mecanismos en Colombia? De la afirmación se infiere una alerta inmediata y de su negación estaríamos en un país similar a las potencias coloniales.