Por: Emilio Jiménez Santiusti.
En esta oportunidad quiero aprovechar este honroso espacio que me han brindado en el más prestigioso e histórico medio de comunicación regional como lo es el DIARIO DEL SUR, para agradecer a todas las personas que me acompañaron en el lanzamiento de mi libro: ¡MÁS QUE UN EQUIPO!
Para quienes aún no conocen sobre este nuevo libro, les cuento que es la mezcla de una investigación académica, periodística, de experiencias personales y laborales, en la que se demostró que el Deportivo Pasto es el único equipo de fútbol en Colombia, incluso, en el mundo, que se debe a una inherente responsabilidad como embajador cultural de toda una región, puesto que apropia, visibiliza y potencia la identidad del pueblo nariñense.
«Ahora debe empezar lo fundamental, invito a hacer redes de unión estratégicas con sectores culturales de Nariño para sacar adelante proyectos que nos visibilicen y, por ende, aporten en el desarrollo de nuestra región”
El Deportivo Pasto convive armónicamente con las principales representaciones de la idiosincrasia sureña como con los Carnavales de Negros y Blancos, el Barniz de Pasto, el cuy, el humor, el acento, los bailes autóctonos y la música originaria, entre otras.
Gracias a la llegada del Deportivo Pasto a la primera categoría del Fútbol Profesional Colombiano en 1998, la región empezó a visibilizarse de forma contundente en Colombia y en el mundo. Muchos han entendido el poder del Deportivo Pasto como representante identitario, pero pocos se han sentado a pensarlo y a divulgarlo.
En el libro, además, se propone un modelo de gobernanza para preservar la identidad que brota del Deportivo Pasto; su accionar debe entenderse desde la carga cultural que lleva en sus entrañas. La iniciativa enfoca a los sectores estratégicos públicos y privados para que abracen al equipo como un representante cultural de esta bellísima región.
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Ahora debe empezar lo fundamental, invito a hacer redes de unión estratégicas con sectores culturales de Nariño para sacar adelante proyectos que nos visibilicen y, por ende, aporten en el desarrollo de nuestra región. En Nariño hay escritores para todos los gustos, pero cada uno como rueda suelta. En la Filbo de este año, me sorprendió ver a autores nariñenses regados por varios stands, cuando podríamos estar en uno solo. Nadie gestionó el lugar que le otorgan a Nariño, pero desde ahora estaremos más pendientes con los nuevos gobernantes.

