Por: Chucho Martínez
«Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral». Dante A. Acaso no es crisis moral la de los partidos políticos que se declaran de gobierno y son desleales porque en lugar de tramitar sus diferencias internamente salen a publicitar sus desacuerdos para buscar apoyo social y poner en la picota publica al gobierno que quiere cambiar el establecimiento que ellos mismos degeneraron.
Los partidos liberal, conservador y de la U. se declaran enemigos de la Reforma a la salud que empuja la Procuradora con su decálogo de propuestas, esos partidos se reúnen con el Fiscal para oponerse a la reforma penal, carcelaria y paz total. Y finalmente, les hace la tercera Roy que viene del uribismo, santismo, esperanza verde, pasa por el pacto histórico y va para el partido de la paz.
«El Gobierno Petro está obligado política y moralmente a iniciar ese camino hacia otro modo de vida para Nariño, porque no hacerlo, sí que sería alta traición que debe concitar el levantamiento social».
Esa falta de gobernabilidad del gobierno Petro recibe un torpedo moral que le pega a su retaguardia como es la indelicadeza, por decir lo menos, de la familia presidencial que debería estar al margen del ejercicio del presidente, el elegido y no su familia que como la mano no tiene los dedos iguales. Así que, frente a estos dos hechos no podemos ser indiferentes, pero tampoco le hacemos el juego a quienes pretenden sabotear al gobierno para deslegitimar a la izquierda como opción de gobierno. Si a este escenario político le agregamos las dificultades económicas heredadas del modelo económico centralista y excluyente cuya mas evidente muestra es la desigualdad social y de regiones, sin el presupuesto suficiente para superarlas.
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Dicho contexto debilita la capacidad de negociación del gobierno para atender los justos reclamos de las regiones como la de Nariño para atender no solo la declaratoria de emergencia económica, sino y especialmente, la herencia transgeneracional de la pobreza que obedece a razones estructurales. El gobierno Petro está obligado política y moralmente a iniciar ese camino hacia otro modo de vida para Nariño, porque no hacerlo, sí que sería alta traición que debe concitar el levantamiento social por el buen vivir que nos merecemos los nariñenses frente al cual ha sido inferior la dirigencia regional. El pueblo y solo el pueblo es la fuerza motriz que hace la historia mundial.

