Editorial Diario del Sur

LA INSEGURIDAD AZOTA A PASTO

La crisis económica que se afronta en Pasto y en general en todo el Departamento de Nariño, ha disparado hasta las nubes los episodios de inseguridad en la ciudad capital, en una situación que consideramos de mucha gravedad, puesto que estamos llegando a unos extremos en los que los ciudadanos no podemos andar tranquilos por las calles, ante el latente riesgo de convertirse en víctimas de la delincuencia criolla.

La triste realidad es que el acoso de los malhechores se ha desbordado y cubre todos los rincones de la ciudad. Al respecto, la comunidad asevera que en estos instantes no hay un sector seguro en Pasto e inclusive se habla que, en los barrios residenciales, la problemática es mucho más delicada.

Nos referimos a una inseguridad, cuyo mayor impacto lo estamos viviendo con las acciones de los raponeros que se movilizan en motocicletas, quienes, en estos momentos, hacen imposible que se pueda hablar por celular en las calles o que las mujeres porten carteras, ya que unos y otros son arrebatados en estas ráfagas delincuenciales que nos azotan sin piedad.

«Ante esta ofensiva de la delincuencia criolla, que parece haberse multiplicado por todos los sectores de la ciudad, la Policía Metropolitana de Pasto y demás autoridades, no tienen otra alternativa que desplegar acciones especiales con una mayor presencia de uniformados, puesto que la impresión que se tiene es que la inseguridad se está saliendo de las manos».

En ese sentido estamos viendo como los ladrones de las motos, no solo se limitan al robo de celulares y carteras, sino que ahora en esta oleada, también andan armados y no vacilan en efectuar disparos al aíre, para intimidar a sus víctimas, como en las últimas horas lo hemos observado en videos que han circulado de manera profusa como una prueba de que, como los hampones, tienen atemorizada a la ciudadanía.

Una prueba fehaciente de esta inseguridad, se vivió en la mañana del miércoles anterior en la calle 16 con carrera 22, pleno centro de Pasto, cuando unos delincuentes en moto le arrebataron sus pertenencias a un transeúnte, en un acto osado, puesto que esto lo hicieron en medio de un intenso tránsito vehicular.

Precisamente, por ello, los delincuentes no pudieron escapar y varios ciudadanos detuvieron a uno de ellos, en tanto que otros, en un episodio de justicia propia procedieron a regar con gasolina la motocicleta y le prendieron fuego.

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En ese orden de ideas, nos parece inconcebible por culpa de los delincuentes un sector tan céntrico de Pasto, se haya paralizado durante varios minutos, puesto que la motocicleta ardiente en plena vía, impedía el paso de los otros vehículos, mientras que hubo necesidad de una numerosa presencia de agentes de la Policía, para impedir que un grupo de exaltados ciudadanos linchara al responsable del robo-

Hemos querido hacer referencia a este hecho registrado en las últimas horas en la ciudad de Pasto, para exponerle como un fiel reflejo de la tremenda inseguridad por la que se está atravesando en la capital de Nariño, donde los raponazos están a la orden del día.

Creemos que, ante esta ofensiva de la delincuencia criolla, que parece haberse multiplicado por todos los sectores de la ciudad, la Policía Metropolitana de Pasto y demás autoridades, no tienen otra alternativa que desplegar acciones especiales con una mayor presencia de uniformados, puesto que la impresión que se tiene es que la inseguridad se está saliendo de las manos.

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Por lo tanto, esperamos los anuncios al respecto, en torno a las medidas que se van a adoptar para hacerle frente a esta terrible oleada delincuencial, que se constituye en una verdadera pesadilla para los moradores de Pasto. Y, no nos parece correcto lo ocurrido en pleno centro de la ciudad capital, donde la gente procedió a hacer Justicia por su propia mano, pero que realmente los hampones nos tienen a todos al borde de un ataque de nervios.