Jorge Carvajal

Los comienzos de DIARIO DEL SUR

POR: JORGE HERNANDO CARVAJAL PÉREZ

La ciudad de Pasto en 1983, año en el que nació DIARIO DEL SUR, era muy diferente a la urbe de hoy,  40 años después, sobre todo en lo relacionado con la tranquilidad.

“Pasto es un remanso de paz” era una hermosa frase de esos tiempos y era absolutamente verdad. En efecto, en esas primeras semanas del periódico, cuyo primer número apareció el viernes 25 de marzo de 1983, en la capital nariñense no se producían asesinatos, ni delitos de alto impacto.

Era tal la calma que me acuerdo que nuestro primer periodista Judicial, Roberto Benavides, le tocaba pasar las verdes y las maduras, para llenar la página que le correspondía.

Al pobre Roberto le tocaba recurrir a las informaciones provenientes de Bogotá o Cali, que llegaban a través del Télex, un aparato que ya nadie conoce, antecesor prehistórico del Internet, el cual, a través de unos rollos de papel, todo el santo día botaba noticias provenientes no solo de todos los rincones de Colombia, sino del Mundo.

Pero cuando él estaba con suerte, surgía la noticia que, en esos añorados tiempos de tranquilidad, era el hecho de mayor gravedad que se producían en Pasto en esos tiempos.

Estas “noticias de primera página” eran las peleas de borrachitos, unas veces a puñetazos, otras a cuchillo, que se suscitaban en el 20 de Julio, sector del centro de Pasto, plagado de cantinas, las que abrían desde las 7 de la mañana y funcionaban donde hoy está la Plaza del Carnaval y la Cultura, sector que además fungía de improvisado terminal de transporte.

«“Pasto es un remanso de paz” era una hermosa frase de esos tiempos y era absolutamente verdad. En efecto, en esas primeras semanas del periódico, cuyo primer número apareció el viernes 25 de marzo de 1983, en la capital nariñense no se producían asesinatos, ni delitos de alto impacto».

Mucha agua ha pasado bajo los puentes desde entonces y en sus 40 años de existencia, DIARIO DEL SUR ha sido testigo de hechos de transcendental importancia para el progreso de la región.

Es así como en desarrollo de esas 4 décadas, las cantinas del sector del 20 de Julio, pasaron a la historia y le dieron paso a la Plaza del Carnaval y la Cultura, pero, por lo que vemos hoy en día, habría que decir que todavía quedan rezagos de lo que fue esa zona en su turbulento pasado

La terminal callejera también se acabó y ahora Pasto cuenta con una moderna Terminal de Transporte Terrestre, en tanto que la famosa Glorieta de las Banderas, también hace parte del pasado y en su lugar, se levantó el Intercambiador Vial, Agustín Agualongo.

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Hoy, cuando nos disponemos a celebrar los 40 años de DIARIO DEL SUR, podría decir que lo que más añoro de esas primeras épocas es cuando Pasto, en efecto, era un remanso de paz, como se le conocía a nivel nacional.

Tiempos en los que no solo no pasaba nada en la ciudad, sino que el Departamento de Nariño estaba libre de las acciones de los grupos armados ilegales, los que después se convertirían en su peor pesadilla, especialmente en la costa Pacífica y lo siguen siendo hasta ahora.

Eran unos días en los que las salas de cine que se ubicaban en el centro de la ciudad, daban funciones dobles que comenzaban a las 9 de la noche y salían a la 1:00 de la mañana y uno se iba a pie por la 19, sin que le pasara absolutamente nada. Ahora ir por allí de noche, constituye una invitación a que lo atraquen o en el peor de los casos lo manden vía exprés a una entrevista con San Pedro.

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Hoy nos llena de orgullo, es que, en estos 40 años, DIARIO DEL SUR ha sido testigo de todos estos grandes cambios y transformaciones que marcaron la transición entre el Siglo XX y el XXI.

Ya habrá espacio para más añoranzas en estos 40 brillantes años de historia periodística de DIARIO DEL SUR, pletóricos de grandes recuerdos.