Por: Manuel Antonio Rosero Trejo
En el inicio del 2023, y cuando apenas los pastusos nos estábamos despertando del guayabo del Carnaval de Negros y Blancos, el 9 de enero nos sorprende un deslizamiento que tapona la Panamericana en el sector de Rosas, Cauca, incomunicando por tierra a Nariño con el país.
Esta emergencia desnudo la fragilidad en materia vial que tiene el departamento, tanto por carretera como marítima, y que completa 48 días afectando la economía en todos los sectores productivos de la región.
En un principio no se dimensionó la gravedad de la situación y muchos pensaron que era cuestión de días el habilitar este importante corredor vial que surte de productos vitales para Nariño, pero no, nuevamente la cotidianidad de los nariñenses se trastocó, empezando por la falta de combustible en donde retornaron las inmensas filas para conseguir la gasolina para el transporte diario y por supuesto la falta de los demás productos, materias primas, alimentos, en fin todo lo necesario para el consumo local.
Ante esta dificultad es más que necesario que el Gobierno central, quien tiene las herramientas necesarias, declare la Emergencia Económica, que según la Constitución Política, se da cuando se presentan hechos que perturben o amenacen de forma grave e inminente el orden económico y social o si constituyen una grave calamidad pública. En esos casos, el presidente podrá declarar estado de emergencia por periodos de hasta 30 días, que sumados no podrán exceder de 90 días en el año calendario.
Ante esto es más que necesario que desde el Gobierno central se tenga en cuenta la grave situación por la cual está atravesando la región, en donde la perdida empleos, la carestía de los productos de primera necesidad, la crisis en las pocas empresas que tiene Nariño, haga que se detenga el desarrollo regional.
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Ahora bien, de pronto un poco tardes, gremios, líderes políticos, dirigentes reaccionaron un ante la emergencia y reaccionaron solicitando entre otras cosas alivios financieros y tributarios, apertura de líneas de crédito directo para la compra de cartera a tasas favorables para los sectores productivos en especial los campesinos, transportadores de carga y pasajeros, creación de zonas económicas con regímenes tributarlos especiales que fomenten y atraigan la inversión y la reglamentación de la Ley de Fronteras para dinamizar los pasos fronterizos y con el objetivo de fortalecer los intercambios con países vecino y de esta manera reactivar la economía de los nariñenses.
Es más que necesario que en estos momentos los nariñenses nos unamos y en un solo grito exigir las medidas necesarias para salir de esta difícil situación.

