Por: Carlos Santa María
Hasta ahora para gobernación el exsenador Berner Zambrano se enfrentaría a un candidato del Pacto Histórico (P.H), batalla electoral no fácil sin seguir criterios inteligentes y democráticos para vencerlo.
I. El P.H. debe ser la conjunción de todas las fuerzas petristas y de cambio en el país. Excluir de modo clientelista o asumiendo representación que imponga intereses incorrectos sería un suicidio y favorecería la candidatura de quienes tienen hoy la gobernación.
II. El objetivo debe ser unir a las organizaciones, movimientos, partidos, simpatizantes, para ganar la primera magistratura departamental, sin desconocer a quienes quieran participar honestamente. Las componendas de cúpulas, desconociendo las expresiones ciudadanas, no sólo contradice los enunciados programáticos, sino que conduce a perder espacios que pueden y deberían ganarse.
«Los precandidatos deberán proponer un programa que reivindique los derechos de la ciudadanía e indique el camino al progreso y desarrollo regional”.
III. La selección del candidato debe ser objeto de una consulta con las garantías de transparencia para no quebrar la solidez del proyecto. Es obligatorio concientizarse del daño que hacen a Nariño prácticas sectarias y las pretensiones de imponer a amigos por encima del querer de las bases.
IV. Los precandidatos conocidos hasta este momento a la Gobernación: Guillermo García, Heber Santander, Luis Alfonso Escobar, Luis Eladio Pérez, Harold Montufar, deben comprometerse a un mecanismo de selección transparente y trabajar en conjunto para el logro del triunfo.
V. Se debe aprender de la historia pasada y presente. Por intereses egoístas, vanos, se perdió una cámara alternativa. Utilizar el aval para desconocer en vez de abrir oportunidades predestina un fracaso.
VI. Nariño necesita ponerse a tono con los cambios nacionales. Los precandidatos deberán proponer un programa que reivindique los derechos de la ciudadanía e indique el camino al progreso y desarrollo regional. A este departamento que lo tiene todo le falta una dirigencia alternativa que se ponga a la altura de la responsabilidad política.
Finalmente, una predicción: únicamente si la dirigencia del P.H. logra no dejarse tentar por el clientelismo, superar el individualismo, egocentrismo y antidemocracia, tendrá un candidato competitivo que pueda luchar denodadamente para triunfar. La unidad es el único camino certero.

