Por: Miguel Hernández
Cómo es posible que nuestro departamento de Nariño con el potencial de sus gentes y sus fuentes naturales en todo su territorio, estemos pidiendo cacao al gobierno central para que nos tiendan la mano sobre todo en la calamidad por falta de combustible que en este momento está padeciendo los 64 municipios que conforman toda la geografía nariñense ¿será que no nos damos cuenta de lo que tenemos a mano y no podemos utilizarlo? Tanto Nariño como nuestros hermanos del Putumayo.
Quiero hacer un comentario en cuanto de lo que nos está pasando, es hora de que Pasto tenga ese combustible tanto gasolina, Acpm y el gal GLP y que nunca nos falte, los políticos de nuestra región no toman conciencia de lo que está pasando y algún día vamos a quedar nuevamente aislados debido a que estamos en una zona montañosa, volcánica y con fallas de la capa tectónica interoceánica, donde los sismos se sienten cada instante.
Los señores representantes y de altos cargos del departamento y de la capital no se han dado cuenta que a unos 200 kilómetros al oriente de Pasto tenemos grandes pozos petroleros de nuestros vecinos del Putumayo y que a la vez un oleoducto que atraviesa nuestro departamento de oriente a occidente, sin que podamos disfrutar de esa riqueza natural para nuestro departamento ya que ese “crudo” toma un rumbo diferente.
Es hora de tener nuestra propia refinería y nuestro propio gaseoducto, que podamos disfrutar de un combustible más barato y hasta que San Juan agache el dedo, como dijo mi abuelo ¿Será que estoy soñando despierto y que a veces de la desesperación se mira hasta pajaritos en el aire como dice la canción? Pero primero tenemos que hacer campaña por lo primero que es la variante San Francisco – Mocoa.
Un oleoducto que todo mundo hace fiesta con él, desgastando su contenido, los grupos armados al margen de la ley y la delincuencia común organizada y el departamento creo que las regalías no les alcanza ni para el bolsillo de los alcaldes por donde hace su travesía, ojalá cuando despertemos de esta pesadilla que estamos viviendo, no vaya a ser demasiado tarde cuando ya estemos empleando otro tipo de combustible.
El costo y la inversión de toda esta empresa que debe iniciar debe salir del gobierno y de las pocas empresas que aún subsisten en nuestro departamento, pero será para beneficio de nuestra gente y la que en un futuro llegará a poblar nuestro territorio sureño plagado de calamidades, donde un país no tiene vías de penetración y desarrollo para una región netamente agrícola y ganadera, abastecedora de gran parte de Colombia.

