Sofonías Rodríguez

116 AÑOS DE AMOR MARIANO

Sofonías Rodríguez M.

Testimonios transmitidos entre generaciones desde principios del siglo XIX, dan cuenta que los esposos Juan Montezuma y Mariana Rosero, convirtieron un sueño divino, en la gran devoción que todo un pueblo tomó desde ese entonces como una auténtica vivencia de amor mariano y comenzó aquí con la llegada de la hermosa imagen de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de Sandoná.

Sobre su arribo a Sandoná en 1.908, hay versiones que hablan de un regalo del gobierno Francés, pero la imagen era de fabricación barcelonés y que luego como un gesto de eterna gratitud se envió unos sombreros elaborados por mujeres campesinas, que además era finos y se mencionaba unos de nombre “Suaza”.-En otro dato también válido se comentaba que fue iniciativa de las mujeres de esta zona del país, enviar una gran cantidad de sombreros solicitando la imagen.

Pronto entró la imagen por el Pacífico al puerto de Tumaco, desde donde hombres fuertes ayudaban a transportar en caballos, dos de adelante y dos de atrás una lujosa urna donde se hallaba depositada la hermosa imagen. Hasta Sandoná con descansos el tránsito tardó varios días días, pero al fin llegó. En el pueblo la emoción fue mayúscula. A diferencia que en el tiempo actual todo se festeja con licor, esa vez hubo comilona especialmente para quienes trajeron en largo peregrinaje a la “Rosarito”.

El mismo relato dice que cuando ya fue entronizada la virgen en el templo, la bella imagen despertó gran admiración por toda la comunidad y algunos lloraron al ver lo deslumbrante de la patrona, que a todos en principio les parecía un sueño. Hubo en aquel tiempo un obispo cuyo nombre no se menciona, que dio una primera orden para que La Virgen del Rosario,San Antonio de Padua y una campana grande fueran de inmediato trasladadas a Pasto, porque según él , no valía la pena tenerlas en una aldea como Sandoná., pero el pueblo no permitió.

Ese apego a la protección de la Virgen María desde que tocó tierra sandoneña, se ha afianzado de tal manera que los mayores dejaron sembrando sembrando la tradición de mantener viva la llama de la fe y la firme convicción de seguir siendo fieles a su patrona.

Hoy Sandoná está de fiesta patronal donde la comunidad muestra el profundo amor mariano que continúa vivo al paso de los años y que no se cambia por nada al ser dueña de la preciosa imagen de su patrona cuyo divino aposento es el templo del mismo nombre.