Autoridades y expertos en vida silvestre en Florida han emitido una advertencia a residentes y visitantes ante el aumento de avistamientos de una oruga venenosa que, pese a su apariencia suave y peluda, puede causar dolor intenso y reacciones médicas tras el contacto con la piel.
Este insecto, conocido por su cuerpo cubierto de finos pelos que parecen inofensivos, en realidad esconde espinas conectadas a glándulas que liberan toxinas al tocarse. La oruga suele medir cerca de una pulgada y se encuentra con frecuencia sobre ramas y hojas de árboles comunes en la región, como cítricos, robles y olmos, donde su color marrón claro y gris le permite camuflarse con facilidad.
Los casos de contacto no son raros y quienes han tenido la mala fortuna de rozar a esta oruga describen sensaciones comparables a quemaduras intensas. Además del dolor inmediato, algunas personas experimentan inflamación, enrojecimiento y formación de ampollas en el área afectada. En ocasiones más severas pueden presentarse náuseas, dolor de cabeza y molestias que se extienden desde el punto de contacto.
Debido a estos riesgos, las autoridades recomiendan extremar las precauciones al realizar actividades al aire libre o trabajos de jardinería, especialmente en parques, jardines y áreas con vegetación abundante. Se aconseja no tocar estos insectos con las manos desnudas y observarlos únicamente a distancia para evitar cualquier lesión.
Los expertos recuerdan que, aunque la oruga forma parte del ecosistema local, su característica apariencia atractiva puede resultar engañosa, por lo que es fundamental reconocerla y tomar medidas preventivas para proteger la salud de las personas.

