El 8 de diciembre de 1980, a las 23:15, John Lennon murió tras recibir cuatro disparos frente al edificio Dakota, su residencia en Nueva York. Tenía 40 años y vivía un renacer artístico luego de cinco años de silencio voluntario dedicados a su familia. Ese día, el exintegrante de The Beatles había posado para la fotógrafa Annie Leibovitz, ofrecido una entrevista radial y compartido momentos con sus seguidores. Nadie imaginaba que esas horas serían las últimas de su vida.
El regreso de un artista pleno
Lennon acababa de lanzar Double Fantasy, un disco que marcaba su regreso a la música junto a Yoko Ono. Planeaba volver a los escenarios y mostraba entusiasmo por una nueva etapa creativa. Su vida personal también atravesaba un momento de plenitud: disfrutaba de la paternidad y de la tranquilidad que le había dado el retiro temporal. La ilusión de un futuro prometedor quedó truncada en segundos.
La tragedia en el Dakota
Al regresar de una sesión de grabación, Lennon fue abordado por Mark David Chapman, un fanático que horas antes le había pedido un autógrafo. Chapman disparó cinco veces con un revólver calibre 38, de los cuales cuatro proyectiles impactaron en el músico. Lennon cayó en la acera y murió poco después. El agresor no huyó: permaneció en el lugar leyendo El guardián entre el centeno
Un crimen que conmocionó al mundo
La noticia recorrió el planeta en cuestión de horas. Millones de personas se reunieron en vigilias espontáneas, mientras la música de Lennon y The Beatles sonaba como homenaje. Su asesinato se convirtió en uno de los episodios más impactantes de la cultura contemporánea, comparable con otros actos de destrucción que marcaron la historia.
Conclusión
Hoy, 8 de diciembre de 2025, se cumplen 45 años de aquella noche que transformó la música y la memoria colectiva. John Lennon dejó un legado de canciones, mensajes de paz y creatividad que siguen inspirando a nuevas generaciones. Su ausencia física se convirtió en mito, y su voz continúa siendo un símbolo universal de libertad y esperanza.

