La amenaza de sabotaje sobrevuela los diálogos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno de Colombia, explicó Pablo Beltrán, comandante de la guerrilla, en una entrevista con EFE, en la que detalló que, detrás de la idea de boicot, se encuentran «grupos de élite» que temen que la paz y la democratización del país afecten a sus intereses.
Beltrán, jefe de la delegación del ELN para los diálogos, aseguró que determinados colectivos, como mafias, redes de corrupción o clanes -con la participación de funcionarios del Estado- que «están cómodos con la crisis del país y no quieren que haya cambios», puesto que -subrayó- «se lucran con muchos aspectos del conflicto» y «si hay paz, pierden su ingreso».
Estos «entes» -prosiguió- están «incluso dentro del Estado (…) están en abierta contradicción y contrapeso con el Gobierno», al estar controlados por clanes regionales con poder y con intereses económicos, que los llevan a difundir «noticias falsas» o «medias verdades» relacionadas con las negociaciones.
Precisó que no se trata «solamente de un funcionario» de manera independiente, sino que obedece a grupos de control mayores, entre los que mencionó a algunos «sectores de las Fuerzas Armadas o de los organismos de seguridad del Estado» que persiguen boicotear «el proceso de paz» que, a su vez, «hace parte del saboteo a un proceso de Gobierno».
Según el comandante del ELN, los «enemigos de la paz» están en varios estratos, pero todos tienen el ojo puesto en el mismo objetivo: defender intereses particulares sobre los del país. Y entre estos grupos, hace hincapié en las «élites tradicionales», temerosas de perder poder y privilegios con la llegada de los cambios.