En un departamento como Nariño, donde los desafíos sociales han marcado por décadas el rumbo de sus territorios, la inversión en el deporte se ha convertido en una poderosa estrategia para transformar realidades. Desde la Secretaría de Recreación y Deporte de la Gobernación, liderada por John Jairo Preciado, se impulsa una apuesta decidida por articular esfuerzos que fortalezcan el tejido social a través de la recreación, la actividad física y el aprovechamiento del tiempo libre.
El reciente Encuentro Departamental de Directores y Coordinadores de Deporte reunió voces de todo el territorio, reafirmando que el deporte no es solo competencia, sino una vía para construir sentido de pertenencia, inclusión y paz territorial. Para José Caicedo, del Distrito Especial de Tumaco, estos programas representan desarrollo y nuevas oportunidades para la juventud. Jair Mejía, del municipio de Magüí, destaca cómo el deporte ha permitido a los jóvenes alejarse de la violencia. En San Bernardo, se convierten en auténticos generadores de paz.
Esta labor no se detiene. En municipios como Santa Cruz, Payán o Linares, la Secretaría llega con monitores, implementación deportiva, eventos recreativos y espacios formativos que no solo fortalecen el espíritu, sino también dinamizan la economía y el turismo local.
Invertir en deporte es sembrar esperanza. Es brindarle a las nuevas generaciones razones para soñar desde su tierra. Porque cuando se patea un balón en Nariño, se patea también la indiferencia, la exclusión y el miedo. Y se abre paso, paso a paso, a una paz construida desde la cancha.