Germán Caicedo Mora

Compromiso vital por Colombia

En Colombia, después de las campañas electorales de este año comenzará una necesaria labor de evaluación con el fin de corregir aquellos errores que se han cometido y esta tarea de responsabilidad social debe ser asumida por todos los actores de la sociedad, porque ellos representan un pilar fundamental del sistema democrático consignado en la Carta política.

Teniendo en cuenta que las elecciones materializan las evidencias de la realidad oculta, permiten que salgan a la luz múltiples interrogantes acerca de la “lucha por el poder”, lo cual evidencia la fragilidad de la gestión de los poderes públicos para cumplir los fines del Estado.

Por lo tanto, la evaluación del sistema electoral es la llave que brinda ver algunos elementos para entender que está en juego la institucionalidad y debido a que se volvieron crónicos y con raíces desestabilizadoras en la relación Estado-sociedad es necesario cambiar.

En primer lugar, el abstencionismo, que supera el 50% del censo electoral. Este indicador se correlaciona con elementos culturales, políticos e institucionales, que se desprenden de situaciones como las siguientes: los ciudadanos no confían en las instituciones, la caída de los partidos tradicionales, la discriminación contra la mujer y otros grupos, la logística e infraestructura deficiente para poder votar, lo cual ocasiona que no todos de los ciudadanos tengan acceso expedito al sufragio.

Un segundo punto, parte del hecho recurrente de los interrogantes sobre los costos de las campañas; hoy, se han convertido en un pretexto que abre las puertas a la corrupción y la cooptación del Estado por el descomunal costo que tiene “hacer política”. En ese orden, para los ciudadanos es importante conocer sobre los 1.2 billones de pesos, destinados para las elecciones de 2022, si bien se distribuyen legalmente, surgen preguntas: ¿Son eficaces para la democracia? ¿Es viable explorar otras alternativas? ¿El procedimiento de rendición de cuentas es claro?

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Un tercer aspecto, se nutre del avance de la división de la opinión pública en extremos, apunta a mantener la polarización múltiple desbordante que irradia vectores de violencia física, psicológica y verbal, hecho que demuestra tanto la persistencia del statu quo como las complicaciones para avanzar en la solución de los problemas puntuales, de interés general.

Los medios de comunicación deben jugar un rol imparcial, pero como en otras latitudes igualmente en Colombia, la mayoría toman partido en momentos trascendentales, esto en contravía de la claridad y objetividad; afortunadamente los independientes son la alternativa para el equilibrio informativo.

En ese contexto se evidencia las profundas divisiones, la lejanía para unir en torno a soluciones estratégicas y como las problemáticas del sistema electoral necesitan pedagogía con impacto en la justicia social y la paz.

Finalmente, la mayoría de las propuestas revestidas de ataques personales, se alejan del contenido, reforzando la baja participación social para ejercer sus derechos. Ante el vacío persistente es consustancial que tomará fuerza la movilización social como respuesta a un sistema electoral agrietado, inmóvil a articular la Sociedad-Estado.

Por: Germán Caicedo Mora.