Acusados de secuestrar a una mujer y exigir millonaria suma en Putumayo

La Fiscalía General de la Nación, en conjunto con el Gaula del Ejército y la Policía Nacional, logró la captura de dos hombres implicados en un secuestro extorsivo ocurrido el pasado 24 de julio de 2024, en la zona rural de Puerto Asís, Putumayo. Los acusados, identificados como Daniel Duván Gasca Cuellar, alias Morocho, y Daiby Arley Cabrera, alias Chatarrero, fueron aprehendidos por agentes de la Policía en cumplimiento de una orden judicial, y se les imputan graves delitos.

De acuerdo con las investigaciones adelantadas por la Fiscalía, los dos hombres se habrían hecho pasar por miembros de un grupo armado ilegal para secuestrar a una mujer y exigir el pago de más de 70 millones de pesos como rescate a cambio de su liberación. La víctima, quien se encontraba en compañía de su pareja sentimental, fue interceptada mientras viajaban en un camión, y bajo amenazas de muerte, los secuestradores arrebataron el vehículo como medida de presión.

Operativo

Tras el secuestro, las autoridades iniciaron un operativo conjunto para ubicar a los responsables. Luego de varios meses de investigación y seguimiento, se logró dar con el paradero de los secuestradores en el barrio San Nicolás, en Puerto Asís, donde fueron capturados. Durante el proceso, se incautaron pruebas clave que demostraron la participación de ‘Morocho’ y ‘Chatarrero’ en el crimen, así como su intento de extorsionar a la víctima con el cobro de un rescate millonario.

Los detenidos fueron presentados ante un juez de control de garantías, quien les impuso medida de aseguramiento en centro carcelario. Durante la audiencia, un fiscal especializado del Gaula les imputó los delitos de secuestro extorsivo, hurto calificado y agravado, dependiendo del nivel de participación de cada uno en el delito. Sin embargo, tanto ‘Morocho’ como ‘Chatarrero’ no aceptaron los cargos en su contra.

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Estrategia criminal

Según las pruebas recaudadas, los acusados habrían actuado de manera premeditada, utilizando la amenaza de ser miembros de las disidencias de las FARC para intimidar a la víctima y su acompañante. En ese sentido, los secuestradores habrían utilizado la estrategia de arrebatar el vehículo de la pareja, presionando a la mujer para que pagara la enorme suma exigida, bajo la amenaza de causarles daño físico si no cumplían con la demanda. Este caso resalta la persistencia de grupos criminales en zonas rurales del país y la capacidad de estos para generar temor y sembrar violencia, utilizando el secuestro como una forma de obtener recursos económicos mediante el terror.